sábado, 6 de diciembre de 2014

[relato] Escalofrío

Cuando desperté no pude evitarlo, sentía una gran necesidad, necesidad de comer galletas. Sin desperezarme fui corriendo a la cocina y me comí un bote lleno de ellas. El alivio fue instantáneo, mi cerebro volvía a latir con normalidad, igual que el corazón. Ya despierto cogí mi skate y salí a pasear con Golfo, mi perro. Él también estaba ansioso, pero no sabía cual era su adicción. A la mitad del camino comenzó a ladrar al aire. Algo veía que yo no podía ver. Siguió ladrando hasta desgañitarse. Un escalofrío recorrio mi espalda cuando cesó y mi cuerpo comenzó a moverse solo. Era consciente de lo que hacía pero lo que hacía no obedecía a mis deseos ni a mi actitud habitual. Comencé a sudar, cogí un palo con forma de látigo y corrí, arrastrando a Golfo conmigo. Una persona venia en dirección contraria y temí lo peor. Cuando estaba a un metro de mi comencé a fustigarla con furia desmedida. Comenzó a sangrar, yo lloraba y no me detenía. Al cabo de un rato de duros latigazos dejo de gritar y moverse. La había matado. De nuevo el escalofrío recorrió mi espalda y mi voluntad regresó. Sin dudarlo me tiré por el acantilado y Golfo se quedó triste y solo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario