sábado, 29 de noviembre de 2014

[opinión] Recuerdos

Los recuerdos pueden ser dolorosos. Llegan en tromba y se alojan en lo más profundo de tu cerebro. Una vez asociados comienzan a afectar al corazón. Uno intenta pasar de ellos y, a expensas de tu voluntad, cobran fuerza. Se puede intentar buscar recuerdos felices para sustituirlos y, aún así, los infelices o traumaticos siguen en su habitación. Cuanto más creces más recuerdas, cuanto más recuerdas más te quieres morir. Piensas si habrá algún modo de disculparse con las personas a las que has hecho daño (quizá) y piensas si ellos recordarán la misma mierda que tu, en consecuencia todo queda igual y tu cerebro y corazón siguen sufriendo. La lucha sigue en tu mente, si dejas que te convezcan te conviertes en un demonio sin sentimientos. La infancia es terrible, la adolescencia es terrible, con cimientos de despojos es difícil que el edificio se sostenga. Y entonces el corazón se cabrea, late con fuerza y te hace despertar. Eres bueno de naturaleza y empiezas a restar importancia a tus pensamientos. Se acaban las preguntas, el corazón quiere que vivas, el cerebro quiere que mueras. ¿Quién ganará?

miércoles, 26 de noviembre de 2014

[relato] Un día en el bosque

La luz caía sobre el techo del bosque lentamente. El sol estaba perezoso esa mañana y todo parecía dispuesto a no despertar. La noche había sido extremadamente tranquila. Abrió la puerta de su árbol y oteó el horizonte con sus cansados ojos, parecían almendras a medio hacer. Bajó despacio al suelo y, desperezandose, comenzó la búsqueda del día. No caminó mucho y encontró lo que buscaba, una gran bellota de aspecto suculento asomaba entre las hojas. La recogió y subió al árbol de donde había caído a por más. En la primera rama se encontró con un búho:
- Uu, Uu, que bellota tan hermosa. Yo se donde puedes encontrar más como esa o mejores. - Dijo el búho entrecerrando los ojos.
- ¿Eso es cierto, señor búho? - Dijo la confiada y somnolienta ardilla.
- Claro que es cierto, Uu, Uu, al lado del acantilado hay un árbol milenario que las posee. Yo te llevaré.
El búho la agarró por el lomo y la llevo cerca del acantilado, pero no la dejó al lado del árbol, siguió volando hacia el horizonte, dejándola caer al vacío. La ardilla gritó y maldijo al búho, pero nada podía hacer para esquivar su muerte...

Final alternativo:
Iiia, se oyó de repente y un águila la cogió al vuelo. La llevó a casa, no sin antes asustar un poco al búho.

lunes, 24 de noviembre de 2014

[relato] Mosquito

Noto la sangre fluir. Con gran velocidad se precipita por mis venas. El corazón se exprime una y otra vez a velocidades incomprensibles. Un mosquito se posa en mis venas y pica con fuerza. Verlo hincharse resulta gracioso, su abdomen aumenta de tamaño a una velocidad pasmosa. Y sigue, y sigue. La sed es escalofriante. Su volumen se hace monstruoso y explota. Algo parece salir de él, una bola roja vuela y desaparece. Es su pequeña alma cayendo al abismo...

viernes, 21 de noviembre de 2014

[relato] Pozo

Un hombre tiraba piedras a un pozo esperando que una respuesta llegara de él. Nunca la recibió. Se pasaba días enfrente del pozo, llevando consigo, cada vez, piedras más grandes. Nunca volvió el sonido del agua, ni sonido seco de tierra. Era un pozo sin fondo. El hombre buscaba el sentido de la vida y, absorbido por la leyenda, no dejaba de acercarse al pozo esperando una señal. Como no la recibía pensó que algo debía ir mal, ¿serian las piedras? Decidió empezar a lanzar su cubertería. No hubo respuesta. Decepcionado, volvió a su casa a por más cosas que lanzar. Tiró su tele, su viejo ordenador. Nada. Tiró la cama, tiró el sofá, y viendo que nada oía se tiró a si mismo. Esa vez hubo respuesta, el sentido de la vida le fue revelado y pasó sus días cayendo y cayendo, esperando una muerte sin sentido.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

[opinión] Self 1

A veces no se que escribir, mi mente se encuentra en un estado de aletargamiento del que es difícil salir. El vacío me inunda y las neuronas se mantienen en reposo, sin saber si van o si vienen. Entonces llega la angustia, necesito escribir, necesito pensar y, constriñendo mi cerebro, género una chispa. Todo borbotea, la reacción se extiende y surgen las palabras. Cálidas, frías, amables o violentas todas encuentran su sitio y forman una historia. El estado no dura mucho tiempo, por lo que son historias cortas, lo suficiente para que puedan reírse unas de otras y no sentir vergüenza de si mismas. A veces intento escribir poemas y me siento frustrado. Noto como mi diccionario es insuficiente para expresar lo que pasa por mi cabeza y abandono el desafío. Podría hablar del amor, el cual no entiendo. Podría hablar de la vida, cogida con pinzas. Podría hablar de la soledad, que no existe. Podría hablar de la muerte, si, de eso podría hablar.

Blanca noche, siempre atenta.
Nos acompañas, expectante.
Temen tu helada llegada.
Sin saber que es un tránsito,
buscan una salida sin puerta
y solo encuentran vacío.

El tema de las historias es difícil encontrarlo. Personalmente suelo matar a mis personajes. Cuando empiezas a leer ya sabes el final, soy previsible. Me gustaría escribir algo bonito. Un amor imposible que se endereza. No. Mejor hago a los personajes sufrir un poco (próximamente). Hasta pronto.

domingo, 16 de noviembre de 2014

[relato] Luna nueva

La luna estaba negra, a su alrededor brillaban millones de estrellas sin el impedimento de su luz, y ellos salían. Todas las noches de luna nueva la gente se refugiaba en sus casas para protegerse de los demonios. Los había con garras brutales o dientes afilados para desgarrar la carne. También los había inofensivos físicamente pero con un poder mental que podían hacer que te sacaras tu mismo el corazón y te lo comieras. Definitivamente, nadie asomaba a través de la puerta.

Kin se apresuró a llegar a casa. El trabajo en el bosque había sido duro, árboles y más árboles que astillar para el fuego de la luna nueva. Abrió bruscamente la puerta y, sin mirar a su alrededor, depositó la madera al lado de la chimenea. Un sollozo le hizo volverse, su madre mosqueaba cómo nunca había visto y su padre la abrazaba con ternura y preocupación. De pronto comprendió, ¿dónde estaba Anne? Corrió escaleras arriba, buscando, sin éxito. La presión en sus sienes iba en aumento, estuvo a punto de llorar pero la rabia y la preocupación no se lo permitían. Entró en su habitación, cogió su quemador y, haciendo una promesa a sus padres de que la encontraría, salió raudamente por la puerta, al mundo de los demonios.

Todavía no era medianoche, tardarían en salir por lo que tenia una hora de tiempo antes de que alguno se llevara a su hermana a un mundo de sufrimiento y muerte. Recorrió el corral y el resto de sus terrenos, nada. Miró en las casas vecinas, las puertas no escuchaban a nadie. Finalmente se temió lo peor y fue al bosque, su hermana debía de haber ido a buscarle por su tardanza y se había perdido en la espesura donde los demonios cobraban más fuerza. El silencio reinaba y atravesaba todos los árboles. No había viento que moviera las hojas ni animales que se atrevieran a salir de sus guaridas. El tiempo escaseaba pero Kim ya estaba cerca de su zona de trabajo. Cuando llegó se llevó la mayor sorpresa de su vida al ver que su hermana estaba allí, jugando con los troncos sueltos. Se lanzó a abrazarla pero se contuvo. La niña menuda se dio la vuelta. Su cara estaba llena de tentáculos que se movían autonomamente. Uno de ellos se estiró y agarró a Kim por la pierna. Rápidamente sacó su quemador y aplicó calor a la masa putrefacta que lo constreñia. El tentáculo se soltó y el ser mimetico emitió un alarido que retumbó en sus oídos destrozandole el tímpano. Kim corrió todo lo que podía mientras, bajo un silencio sangriento, buscaba con más ímpetu a su hermana.
Llegó al lago con la esperanza casi perdida. Era un lugar donde se concentraban, y esa noche no era una excepción. Había un gran akelarre de demonios bailando alrededor de una hoguera y en el medio de ella, su hermana. La ira recorrió el cuerpo de Kim y se lanzó a por ellos. Con saltos y movimientos increíbles quemó a seis de los seres pero el séptimo, un ser psíquico, le paralizó el cuerpo. Lentamente le llevó a la hoguera, y los dos hermanos terminaron sus días incinerados a la salud de los demonios, un día de luna nueva.

jueves, 13 de noviembre de 2014

[relato] Hielo

Hacia un frio glaciar. Sus huesos repiqueteaban contra su piel. El tiempo pasaba lentamente en su cárcel de frio y hielo. Un minuto, un segundo, otro más. Estaba solo y dudaba que alguien asomará por la única grieta que le comunicaba con el mundo exterior. Le pareció ver una ardilla, después un conejo, que sabrosos debían estar pensaba. Y que libres. Su comida bajó por la grieta como todos los días, suelta y espachurrandose en su llegada al suelo. Tenía hambre pero no podía moverse. Los cristales de hielo se habían asentado en sus venas y solo podía desear que la comida saltase a su boca por si misma. Cerró los ojos y esperó a la muerte. Esperó, esperó. No llegaba. Él no comprendía por qué la muerte le rehuia. Esperó, esperó por toda la eternidad en su vida de hielo.

martes, 11 de noviembre de 2014

[relato] Dulce

El filo del cuchillo resplandecía como un amanecer reflejado en una botella. Le había costado mucho afilarlo, sin duda era un trabajo bien hecho. La empuñadura también era consistente, hecha de la madera de un roble milenario. El cuchillo lo tenia todo para ser el arma perfecta y sin duda lo sería.
Salió del taller a las seis y media de la tarde, el sol ya decaia por el horizonte y la gente se refugiaba en sus casas. Se dirigió a la calle por donde siempre pasaba su víctima y se agazapó en las sombras de un portal. Dieron las ocho.

El día en el trabajo había sido agobiante. No sólo había calentado como nunca sino que a la hora de comer su jefe le había sacado de sus pensamientos para darle más trabajo. Por suerte llegaron las seis y el sol comenzó a sosegarse, el trabajo estaba prácticamente hecho y solo le quedaban pequeños trámites rutinarios. El minutero avanzó rápido y dieron las ocho, con ansias salio de la cabina y comenzó su camino a casa. Siguiendo una rutina se dirigió por el mismo camino de siempre, los callejones. No le daban miedo, su padre se encargó de quitarle el miedo a golpes y la oscuridad se había convertido en una amiga.

El filo emitió un fulgor y atravesó la carne. No era tan sorprendente la herida como la cara de los dos sujetos: uno con la cara desfigurada de dolor y otro de placer. Eran tan diferentes y tan parecidas que hacía temblar el aire a su alrededor, bailando entre los dos, intentando decidir quién era más antinatural. El cuchillo siguió moviéndose sin ofrecer resistencia, las vísceras cayerón y se desparramaron llenando el suelo de una masa informe de carne podrida. Sí, su interior estaba podrido y su ejecutor lo sabía, ese era el motivo de su asesinato, nada más. Una vez acabada su tarea limpio el cuchillo, lo lamió con asco y se sorprendió, el sabor era tan dulce como si hubiese comido un pastel de chocolate.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

[microrelatos] Agua

Caía el agua e impregnaba todo mi cuerpo,
lo recorría como un río baja la montaña,
me puse debajo del canalón
y bailé.

-------------------------------

Cogí el hielo en mis manos,
su frío las penetraba como agujas.
Ardía el hielo en mis manos,
algo se endurecía, algo crujía.
Apreté fuerte y mis manos se rompieron,
el hielo cayó y quebró la Tierra.

--------------------------------

La nube estaba repleta,
su fulgor negro cegaba,
la nube estalló,
llovía.

---------------------------------

El sol brillaba y calentaba el universo.
Un meteorito se acercó y comenzó a crecer.
Una gran cola de agua se extendía.
La vida inundaba la galaxía.

martes, 4 de noviembre de 2014

[sueño] Espejo

Todo ocurría en mi casa del pueblo. Yo llegaba junto a un hombre que no conozco pero que me resultaba simpático a casa. Más tarde venían dos señoras del pueblo a cenar, mis abuelos traían pastel de aguacate, nos sentábamos y ellas tenían revuelto de morcilla que las parecía muy rico y nosotros dos teníamos una pasta asquerosa que parecía arroz licuado que, aunque no recuerdo si sentí sabor, me pareció horrible. La escena se trasladó al piso de arriba, a veces me quedaba sin visión teniendo la sensación de tener los ojos abiertos. Me puse enfrente de un espejo que tenemos de cuerpo entero y vi como en menos de 1 segundo me transformaba en unas 18 personas, cada una de ellas diferentes en todos los sentidos. Después me encontraba en mi cama y algo me insultaba y yo empezaba a gritar desesperado, bajando la escalera de tres saltos. Sin dejar de gritar entré al salón y vi a mi tío, que me abrazó, mi hermana lo llamó y hablaron de algo que no me acuerdo y desperté.
Me he despertado con el cuerpo paralizado y con las manos encima de la cabeza, parecía que una soga atara mis manos, por suerte pasó pronto.