sábado, 29 de noviembre de 2014

[opinión] Recuerdos

Los recuerdos pueden ser dolorosos. Llegan en tromba y se alojan en lo más profundo de tu cerebro. Una vez asociados comienzan a afectar al corazón. Uno intenta pasar de ellos y, a expensas de tu voluntad, cobran fuerza. Se puede intentar buscar recuerdos felices para sustituirlos y, aún así, los infelices o traumaticos siguen en su habitación. Cuanto más creces más recuerdas, cuanto más recuerdas más te quieres morir. Piensas si habrá algún modo de disculparse con las personas a las que has hecho daño (quizá) y piensas si ellos recordarán la misma mierda que tu, en consecuencia todo queda igual y tu cerebro y corazón siguen sufriendo. La lucha sigue en tu mente, si dejas que te convezcan te conviertes en un demonio sin sentimientos. La infancia es terrible, la adolescencia es terrible, con cimientos de despojos es difícil que el edificio se sostenga. Y entonces el corazón se cabrea, late con fuerza y te hace despertar. Eres bueno de naturaleza y empiezas a restar importancia a tus pensamientos. Se acaban las preguntas, el corazón quiere que vivas, el cerebro quiere que mueras. ¿Quién ganará?

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